viernes, 29 de marzo de 2013

Presentación del poemario "La tierra en abril".



El poeta sanroqueño Rubén Pérez Trujillano presentó en la tarde del lunes 11 de marzo de 2013 su nuevo trabajo, La tierra en abril, editado dentro de la colección “Abalorios”, de la Delegación Municipal de Cultura. El escritor señaló que la obra había sido escrita “al calor” del lema que preside el pórtico de la granadina Casa de los Tiros, del siglo XVI: “el corazón manda”. Argumentando que en su conjunto, “los poemas sondean el sentido y el alcance de esa afirmación que parece, a la vez, un imperativo”.


En esa línea, antes de dar lectura a una selección del poemario, trazó una visión en torno al romanticismo. “El romántico ha comprendido que el individualismo competitivo, la punta del iceberg de la cultura capitalista, se ha propuesto aniquilar el amor”. No sólo el amor individual de hombres y mujeres, también “entre los pueblos, viene siendo arrancado por lo que supone una auténtica revolución antropológica”.
       A este respecto, indicó que “la poesía no es un método, pero sí un cauce para el conocimiento de los fenómenos que acontecen alrededor y por dentro de nosotros”.
“Si es preciso -abundó el autor-, “el poeta lucha cuerpo a cuerpo”. Pero sobre todo, “implica que, en todo caso, el poeta romántico ama cuerpo a cuerpo porque es el amor donde encuentra un foco de resistencia que habrán de derribar sólo un día los dos brazos de la muerte”.
       La tierra en abril suscribe, en opinión del poeta, la afirmación del inicio: “el corazón manda”. “No hay duda de que la poesía ha de desempeñar una función social y que, aunque proviniendo de un impulso y una experiencia esencialmente individuales, ha de englobarse bajo la noción de bien común de la comunidad”, sostuvo.
La obra, que contó con la presencia de la tte de alcalde de Cultura Dolores Marchena y la representante de Cepsa, patrocinadora de la obra, Amalia Puigdengolas, fue presentado por el escritor y artista Juan Gómez Macías que hizo una defensa de la cultura ante los recortes y subida del IVA aplicados por el actual gobierno. El salón de a actos del Palacio de los Gobernadores registró un lleno para escuchar algunos de los poemas incluidos en el libro.

Fuente: Redacción San Roque (donde pueden verse más imágenes).

jueves, 28 de marzo de 2013

"La cocaína". Un relato de la bohemia del novecientos.

Esta vez publicamos un relato breve del bohemio Diego de Vidaurreta, hoy olvidado y eclipsado por otros nombres como los de Ramón María del Valle-Inclán, Alejandro Sawa, Emilio Carrere, Armando Buscarini, etc. "La cocaína", que avanza en su mismo título el que será núcleo nodal de la narración, fue publicado en marzo de 1918 -meses antes del fin de la Gran Guerra europea- por El Imparcial, "Diario liberal" según declara en su rúbrica. Dicho periódico, que contaba con una sección literaria en la que fueron descabezando los autores de la bohemia madrileña, estaba dirigido por su fundador, Eduardo Gasset y Artime, político liberal conservador y padre del insigne filósofo José Ortega y Gasset y el no menos egregio socialista Eduardo Ortega y Gasset.
___Que sepamos, al menos este relato en particular, no ha caído en manos del público desde que fue editado originariamente en 1918. Que lo disfrutéis.


L A    C O C A Í N A

Jugaban y bebían... Aquellos hombres se dedicaban al "poker" y al "whisky" "para poder seguir viviendo". Ninguno de ellos había cumplido los treinta años y ya tenían la "pose" un poco literaria de "que todo les aburría". Aquella tarde la partida era muy violenta. El dinero pasaba rápidamente de unas manos a otras, y el "whisky" estaba ya agotado. El anfitrión, joven con aire romántico, llamó a su fiel criado -ejemplar admirable de estoicismo doméstico- y le envió por otra botella de "whisky".
- Trae dos -dijo Pepe, el mayor bebedor de toda la partida, y famoso, además, por sus chalecos fantásticos, lucidos triunfalmente por toda Europa.
- ¿Algo más?
- Tabaco -pidió Luciano, el hombre del rostro pálido y la mirada penetrante.
- Y vosotras, hijas mías, ¿queréis que os traiga el criado algo de la calle? -Y el anfitrión se dirigió a dos muchachas que formaban parte de la reunión.
- ¿Yo?...
- ¿Qué quieres, Lina?
- "Cocaine".
- ¿Y tú, Janne?
- Un "potito" de cocaína...
___El criado se lanzó a la calle en busca de la cocaína y del "whisky". Los bebedores tenían ya los ojos flameantes y los rostros encendidos. El cuarto, con el calor que irradiaba de la chimenea y con la atmósfera pesada del humo de los cigarrillos, estaba asfixiante. Manolo, el higienista de la partida, quiso abrir una de las ventanas para renovar el aire: pero lo amenazaron con arrojarle a la calle si tal cosa hacía. Bautista, el hombre que se acostaba a las ocho de la mañana y se levantaba a las ocho de la noche, le increpó duramente:
- No hay nada tan sano como las atmósferas viciadas.
- ¡Que nos vamos a ahogar!
- ¡Mejor!... Juega, bebe y fuma...
___El cuarto estaba decorado teatralmente. En el centro, la mesa de "poker". Cerca, al alcance de los bebedores, había un velador con el "whisky" y los cigarrillos. En un rincón, un sofá bajo y amplio. Junto a la cocinilla, dos panzudas butacas. El suelo, alfombrado. Del techo pendía un globo de luz con los cristales rojos. Tenía todo un sello ligeramente fantástico. Volvió el criado, y las mujeres le arrebataron la cocaína. Lina se quedó con la mayor porción. A estas dos mujeres, la guerra, que ha extendido por todo el mundo el dolor y el vicio, las había traído a Madrid. Janne era una francesa de formas finas y suaves, ojos dulces y manos espiritualizadas. Tenía todo el encanto de una feminidad arrulladora y tierna... menos cuando reía, que desflorábase su aparente pureza en graciosa canallería. Era una perversa con aire sentimental. Lina era rusa. Hermosa, alta y esbelta. Sus cabellos, rubios; la tez, blanca, los dientes, perlados; el cuello, aéreo; los ojos, azules, grandes y extáticos. Su cabeza, de perfecta muñeca.
___Los hombres, ya bastante alegres, jugaban y bebían sin hacer caso de las mujeres... Jane, tumbada en el sofá, tomaba poco a poco su cocaína. En ella, el efecto era inmediato y aniquilador. Se quedó inmóvil. La cara, palidísima: las manos, heladas. No podía hablar. Parecía muerta... Lina, tirada en el suelo -junto a la chimenea, en la que crepitaban gruesos troncos de leña-, absorbía el veneno con verdadera voluptuosidad. Era una artista, una emocional de la cocaína. Entre toma y toma se tapaba las narices con el pañuelo. De repente, se levantó y fue donde la francesa:
- ¿Janne?
___La sacudió, y como viera que la miraba fijamente, pero que no le respondía, le volvió la espalda. Siguió absorbiendo el polvo terrible... Comenzó a pasearse excitada, tenía los ojos brillantes y agrandados. Agitaba manos y piernas y se revolvía desordenadamente de un lado para otro. De su garganta salían gritos, sonidos guturales. Encendía un pitillo y lo arrojaba apenas encendido. Se bebía el "whisky" temblándole el vaso entre los labios.
___Los hombres seguían bebiendo y jugando sin hacer caso de las mujeres. Lina, con los ojos extraviados, como si estuviese loca, olvidada de todos, empezó a hablar de un modo incongruente y trágico. En el desorden de su monólogo, como si se confesara a su conciencia, iba relatando su vida. Los primeros años pasados en las dulzuras del hogar provinciano; la caída y la escapatoria a París; los días de tumultuosa pasión; las horas trágicas de una existencia equívoca. Y entre el choque de tantos sentimientos, impresiones y palabras, sentíase la tortura de su pobre alma de pecadora recordando con placer las horas de pureza... El corazón le volteaba... Acurrucada en un rincón, rompió a llorar desconsoladamente...
___Los hombres jugaban y bebían sin hacer caso de las mujeres, menos Manolo el higienista, que seguía la escena de Lina. Apenado, les dijo a sus amigos:
- ¡Lina está como loca!...
- ¡Estará borracha!...
- Un día se va a morir.
- ¡No se perderá nada! ¡Bebamos sin hacer caso de estas "apaches"!
- ¡Bebamos!
___Lina se levantó. Vibraba toda ella... De nuevo arrojóse al suelo, y arrastrándose cautelosamente llegó hasta la chimenea. Acariciaba las llamas con sus manos, les decía mimos; luego acercó la cara y las llamas comenzaron a besarla.
___Manolo, de un salto, llegó hasta la chimenea.
- ¡Que se abrasa ésta! ¡Que se abrasa!...
- ¡Bebamos, bebamos!...
- ¡Que se abrasa!...
- ¡Bebamos por el amor!...
- ¡Borrachos!...
- ¡Bebamos por el amor!...
___El fuego prendió en Lina, que enloquecida de espanto y de terror arrastraba por la estancia la llama viva de su cuerpo. 


  • VIDAURRETA, D. de: "La cocaína", El Imparcial, Madrid, lunes 4 de marzo de 1918, pág. 3.

miércoles, 27 de marzo de 2013

"Huyen del infierno", un poema de la guerra civil en el Campo de Gibraltar.

A continuación reproduzco uno de los "romances de la libertad" aparecidos en plena guerra civil, de un tal A. Montoro, en el que se narra una de las vertientes del drama fratricida sufrido en el Campo de Gibraltar. Fue publicado por La Libertad, "Diario republicano independiente, órgano de expresión del Frente Popular" según reza la cabecera, el martes 17 de agosto de 1937. Como podrán deducir, el romance se desarrolla en un contexto muy preciso, marcado por la temprana caída del Campo de Gibraltar ante los sublevados de 1936. La colonia británica de Gibraltar se convirtió en un refugio, que la mayoría de las veces derivó en auténtico exilio, desde el primer día del golpe de Estado del 17-18 de julio. A partir de entonces, el trasiego humano fue continuo, si bien de forma clandestina a causa del control de la frontera (un control orquestado por las autoridades británicas y la Junta de Burgos comandada por Franco, con importante presencia de falangistas), lo que obligó a imaginar nuevas vías, marítimas y ensombrecidas por la muerte.

Muchos jóvenes llamados a servir en el ejército alzado intentaron huir a Gibraltar. Sin ir más lejos, San Roque, como ha recogido Antonio Pérez Girón en su libro La República y la guerra civil en San Roque (1998), fue tomada por regulares y falangistas el 27 de julio de 1936, poco más de una semana después del alzamiento. La celeridad de los acontecimientos impidió que muchos militantes y simpatizantes de izquierda huyeran a tiempo. Ello explica las peripecias experimentadas por las mareas de campogibraltareños cuya única opción para vivir pasaba por el exilio al extranjero o el tránsito a la zona dominada por la República legítima y democrática.


H U Y E N    D E L    I N F I E R N O

_____Para no guerrear
_____se fugan los muchachos
_____a Gibraltar

Carne joven de cañón,
festín de la dinamita;
pan candeal que la muerte
quiere usurpar a la vida.
Desnudos. El sol de fuego
calentando aguas marinas.
Las olas los arrebatan
como su presa legítima;
y los muchachos bracean,
esponjosos de fatiga,
barquillas entre las olas
de la playa de Algeciras.

_____Para no guerrear
_____se fugan los muchachos
_____a Gibraltar

El horror del fratricidio
los ojos les ilumina.
¿Cómo luchar contra hermanos
de raza, de ideología?
Desnudos. Entre las garras
de la barbarie fascista,
lo han abandonado todo,
menos la idea encendida.
Nadando como delfines,
jugando con las ondinas,
¿llegarán hasta el Peñón,
rompeolas de sus vidas?

_____Para no guerrear
_____se fugan los muchachos
_____a Gibraltar

Si la espuma les envuelve,
el azul hiere su vista.
El claro nombre de España,
fulgor en la lejanía.
Ya llegan; valor, muchachos;
las gaviotas os envidian.
Tritón, con su caracola,
va sirviéndoles de guía.
Desnudos. Sólo la idea
como una luz encendida.
Rondas del mar, un vestido
para vuestra valentía.

_____Para no guerrear
_____se fugan los muchachos
_____a Gibraltar

  • MONTORO, A.: "Huyen del infierno", La Libertad, Madrid, martes 17 de agosto de 1937, pág. 1.

sábado, 9 de marzo de 2013

Presentación del poemario "La tierra en abril"

A las 20:30 h. de este lunes 11 de marzo tendrá lugar en el Palacio de los Gobernadores de San Roque la presentación del poemario "La tierra en abril", de Rubén Pérez Trujillano (San Roque, 1991), previa presentación por parte del pintor Juan Gómez Macías, autor del prólogo.

Quedan invitadas todas las personas amantes de la poesía y el buen vino.

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"La tierra en abril"
Rubén Pérez Trujillano
Colección Abalorios de la DMC Luis Ortega Brú (2012).
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Rubén Pérez inició su primera incursión en la investigación histórica, obteniendo el Galardón Tercer Centenario de San Roque en 2006. Ese mismo año, con "Alba de los condenados", obtuvo el Premio de Relatos Cortos Letras del Sur. En 2008 apareció su primer poemario, "Quien pueda decir adiós" (Aula de Literatura José Cadalso, San Roque). En 2009, participó en la obra colectiva "Lo que ha quedado del naranjo. Palestina en el corazón" (Puerta del Mar, CEDMA, Málaga), así como en el homenaje al poeta granadino Javier Egea, "Soledades eternas". Junto a Antonio Pérez Girón ha escrito "Un guerrillero andaluz (Francisco López Herrera)" (FMC Luis Ortega Brú, San Roque, 2010). Artículos suyos han aparecido en la revista "Lacy" de estudios sanroqueños. En el ámbito de la recuperación de la memoria histórica local y comarcal se insertan, también en coautoría con Pérez Girón, dos títulos de próxima aparición: "San Roque, la burguesía de izquierda durante la II República" y "El movimiento obrero en San Roque, 1900-1936". Asimismo, está preparando la edición de un monográfico sobre la Constitución de Antequera y el andalucismo histórico.
En la actualidad, cursa estudios de Derecho en la Universidad de Granada.